lunes, 2 de febrero de 2009

verano invernal

Tiro a un costado
la bikini
que marca el camino
del bronceado,
buscando
una bufanda de abrazos
que me devuelva tu calor.

Y me olvido el protector
que me cubre
de los rayos ultravioletas
que desprende este dolor,
y me preparo
un té contra el resfrio
de esta cama vacía.

Y cambio helados
por pucheros,
sombrillas
por paraguas
y las ojotas por botas.

Si hasta el verano
se hizo un crudo
invierno
en este dos de febrero,
donde tu cuerpo
no despierta junto
al mío.